lunes, 5 de mayo de 2014

Día 5: Singapur

Este día lo teniamos entero para disfrutar de Singapur, así que nos levantamos tranquilamente hacia las 9 y nos dimos un baño en la piscina, jajaja, como nos gusta el agua.

Tras el baño, preparamos la mochila ya que queriamos ir a la playa, a isla Sentosa, y con la mochila ya preparada bajamos a desayunar, el hotel disponía de una pequeña cafetería que además tenia una terraza con un par de mesas. El desayuno consistía en un café y una especie de plato combinado a elegir de la carta, un desayuno muy "ingles". Lo tomamos en la terraza y estaba bastante bueno.


Queríamos ir a pasar la mañana a isla sentosa, pero antes necesitábamos cambiar dinero, nos habían sobrado bastantes RM de Malasia, así que fuimos a la búsqueda de una casa de cambio. Pensábamos que en un país tan pequeño y con moneda propia abundarían los lugares de cambio, pero no era así, fuimos a un banco y nos dijeron que solo había casas de cambio en Chinatown, por suerte estábamos muy cerca, así que nos acercamos a un pequeño centro comercial cambiamos todos los RM que nos habían sobrado, el cambio estaba muy bien, nada que ver con los timos que te meten en los aeropuertos.

Ahora ya podíamos ir a isla Sentosa, para ello íbamos a usar por primera vez el metro, en este caso la línea 7 color morado, conocida también como NE (North East Line). Tenia parada al lado de nuestro hotel (Clarke Quay), y en Chinatown que nos pillaba más cerca en ese momento. Debíamos dirigirnos a HarboutFront, solo un par de paradas después. Entramos en la estación y sacamos los billetes en una maquina muy intuitiva en la que solo había que marcar en un mapa la estación destino e introducir el dinero o tarjeta. Los billetes cuestan en torno a 1 euro, aunque van subiendo según las paradas. Los billetes son una especie de tarjetitas de cartón que abren los tornos simplemente acercándolas un poco.


El metro es muy moderno y limpio, las vías están protegidas por unas cristaleras con puertas que se abren al llegar el tren. Los nombre de las estaciones vienen en los 4 idiomas oficiales. Dentro del metro esta terminantemente prohibido comer y beber.


Enseguida llegamos HarboutFront, estación final de la línea, allí había un centro comercial y es el punto de partida del monorraíl a isla sentosa, este monorraíl cuesta 4 SGD, hace 3 paradas en isla sentosa y puedes subir y bajar todas las veces que quieras. Así pues nos dirigimos a la última parada, sentosa beach.



ISLA SENTOSA

Sentosa significa en malayo paz y tranquilidad, es un isla turística de unos 5 km² que es el mayor lugar de esparcimiento de la población de singapur, en esta isla tiene muchas opciones de ocio, como una playa de dos kilómetros de largo, hoteles, campos de golf, museos (destaca fort siloso, Museo histórico-militar situado en un fuerte construido por los británicos), multiples atracciones como el mayor oceanario del mundo, un parque acuatico, el mirador más alto de Singapur (Tiger Sky Tower), la gantesca estatua de Merlion... y sobretodo el parque de atracciones de Universal Studios.

Desde luego un sitio para pasarse entretenido días y dias

Una vez en a parada Sentosa beach del monorraíl se pueden pillar unos autobuses gratuitos, que más bien son unos trenecillos con ruedas, los hay de varios tipos y colores.


Primero nos dirigimos a Palawan beach, hacia el oeste. Esta playa nos hacía gracia ya que dispone de un pequeño islote al que se llega por un puente colgante y que tiene dos torres de observación. Se dice de él que es el punto más al sur de Asia Continental, el más próximo al Ecuador, aunque no nos lo acabamos de creer.

En un par de minutos llegamos a esta playa, que aunque es artificial es un lugar muy bonito, con sus palmeras, con su arena fina... y el puente colgante y el islote la hacen un sitio diferente.

Primero cruzamos el puente colgante y subimos a una de las torres de observación que tenia unas bonitas vistas panorámicas tanto de la playa como del resto de la isla sentosa.





Luego regresamos a la playa a relajarnos un rato y como no a darnos un chapuzón. El baño fue muy agradable y la temperatura del agua muy buena, quizás un poco más caliente de la cuenta jejeje, es que nosotros somos del cantábrico.


La verdad es que estaba todo muy limpio, muy adecentado, la arena limpia, los jardines y el césped muy bien cuidados y con todos los servicios necesarios como duchas, algo fundamental para mi, no soporto pasar el resto del día con la sal en la espalda.

Después de un rato decidimos ir a otra de las playas, Siloso beach que esta al este de la isla, para ello debiamos tomar el trenecillo en sentido contrario a la vez anterior. El trenecito va haciendo paradas en los distintos puntos, pasamos otra vez por la parada del monoraíl y llegamos a una de las paradas Siloso beach. Queríamos ir a esta playa porque habíamos leído que era más animada, que había mucha gente jugando a voleibol, futbol, actividades acuáticas... pero ese día no se si es porque era lunes no vimos demasiado ambiente. Eso si había una especie de tirolina que bajaba desde la colina, pasaba por encima de nosotros y que iban a dar a una especie de islote que tenia mucho éxito de gente.


Nosotros preferimos estar un rato tomando el sol y como no darnos un baño en el mar... la playa estaba muy bien también. Tras el baño y tomar un poco el sol, teníamos la intención de tomarnos algo en un chiringuito que había allí en la playa pero no sabemos porque, nos dijeron que estaba cerrado y eso que había camareros. Así que tomamos otro trenecillo hasta beach station, allí había un McDonald's y otros restaurantes, uno de ellos tenia un menú de arroz y un pollo típico de allí por unos 5€ al cambio y nos decantamos por esa opción, lo único que tenían muy pocas bebidas, tés fríos y alguna bebida típica que no nos gustó mucho. Tras la comida nos tomamos un helado en McDonald's por 1 SGD (0.57 €) muy rico y con cobertura de chocolate.


Antes de volvernos para el hotel queríamos visitar un poco las atracciones que hay en la colina conocida como Imbiah Lookout, así que pillamos el monoraíl y paramos en la parada posterior a la playa. Estuvimos paseando un rato viendo las atracciones como una enorme estatua de Merlion a la que se puede subir, Tiger Sky Tower, la torre de observación más alta de Singapur y un motón de cosas más. No entramos en ninguna atracción, pero si se tiene tiempo hay varias ofertas y bonos que podemos comprar. La verdad es que la oferta de ocio de Sentosa es impresionante, se podría estar allí varios días entretenido, para más información en su web oficial:

http://www.sentosa.com.sg/en/



Eran aproximadamente las 3 de la tarde y volvimos al monoraíl para salir de sentosa y luego en metro 3 paradas hasta el hotel. A la puerta del hotel había un seven eleven, nos pillamos unas latas de cerveza y subimos a la piscina a descansar un poco.

Luego fuimos a la habitación para dejar el equipaje preparado para el día siguiente y a vestirnos para ir a cenar en el marina bay sands donde teníamos reservada una cena en el buffet de queso y chocolate, en la azotea, al lado de la increíble piscina. Algo antes de las 6 salimos del hotel con una pequeña mochila con los bañadores "por si acaso", ya sabréis porque, jajajaja.

Primero fuimos a Chinatown, que como estaba cerca del hotel fuimos andando, entramos en Pagoda Street, una bulliciosa calle repleta de tiendas con todo tipo de suvenires, compramos unas postales y unos imanes. La calle esta flanqueada por casas tradicionales chinas muy bien restauradas. También hay bares y restaurantes que parecían tener precios bastante más moderados que clarke quay tanto para tomarte una cerveza como para probar el famoso chili crab (una especie de centollo con salsa picante), que nos quedó pendiente.


Al final de la calle, justo a la derecha se encuentra Sri Mariamman Temple, casi idéntico al que habíamos visto en Kuala Lumpur, muy vistoso, merece la pena pasarse unos minutos observando las figuras que recargan su fachada.


Y a la izquierda Pagoda Street tenemos Jamae Mosque, una mezquita de color verde con una mezcla de estilos que la hace peculiar.


Tras la visita de estos dos templos, volvimos sobre nuestros pasos para tomar el metro de la recién estrenada la línea azul conocida como Downtown Line (DTL) que parte de chinatown y a tres estaciones se encuentra Bayfront, parada que esta a los pies de las 3 torres que forman Marina bay sands.

Salimos bajo el espectacular edificio y fuimos caminando cruzando por el complejo viendo diversas estancias como el centro comercial y saliendo y entrando hasta ir a parar al puente Helix que cruza sobre la bahía.





Queríamos ver el campo de futbol que se divisa desde este puente, que se nos había escapado el día anterior cuando pasamos por alli. Este campo de futbol tiene la curiosidad de tener una enorme grada en tierra firme (dicen que para 30.000 personas) y el terreno de juego separado, sobre el agua con tres puentes hacia los vestuarios.


Durante esos días debían estar haciendo alguna reforma o preparándolo para algún concierto por que había andamios y maquinaria sobre el terreno de juego.

Desde ese puente aprovechamos para ver como anochecía la ciudad y poco a poco iba iluminándose, la verdad es que hay unas bonitas vistas desde ahí.






A las 19:45 queríamos volver a ver el espectáculo de luces y sonido de Gardens by the by, así que para allá nos fuimos, esta vez lo divisamos desde justo debajo de los superarboles, también nos gusto mucho, además así se puede apreciar lo enormes que son estas estructuras.




Cuando finalizó el espectáculo fuimos tranquilamente hasta la torre 1 de Marina bay sands, donde está la recepción. Teníamos la cena a las 21:00, así que hicimos un poco de tiempo por dentro del hotel, vaya maravilla, vaya lujo... y hacia las 8:30 preguntamos en recepción y nos indicaron que fuésemos a hablar con una chica que era la encargada de las reservas en un atril que había en un restaurante situado muy cerquita de la recepción. La chica nos indico que debíamos esperar a las 21 horas para poder subir. Así que hicimos tiempo observando los ricachones que por allí andaban.

La idea de ir a cenar al buffet de queso y chocolate surgió porque subir al skyparK simplemente cuesta 23 SGD (13 € aprox) y al parecer solo se puede ver una esquinita de la piscina y teniendo en cuenta que el buffet cuesta 48 SGD (28 € aprox) y puedes cenar y pasar justo al lado de la piscina merece mucho la pena.

Un poquito antes de las 21 horas volvimos a preguntar para subir a cenar y ahí ya nos entregaron una tarjeta que permite usar el ascensor (sin ella, aunque pulses no funciona) y subimos a la planta 57 en un moderno y lujoso ascensor. Al salir preguntamos a un chico del hotel, que nos indico donde estaba el restaurante. Buahhh que momentazo, pasamos justo al lado de la piscina, no nos imaginábamos poder pasar tan cerca, pensábamos verla desde una pasarela o algo así, pero pasar justo al lado entre las hamacas pudiendo incluso tocar el agua, la verdad es que es uno de los sitios más alucinantes que visto en mi vida, ver ese efecto del agua y al fondo toda la ciudad de Singapur, impresionante.


Después de alucinar con las vistas y sacarnos unas fotos pasamos al buffet, primero nos pasaron a una mesa, justo al lado de una barandilla con vistas a gardens by the bay (los súper arboles) y a todo el océano, ¡¡pedazo de vistas!!. Luego nos enseñaron el buffet... aquello era el paraíso, como somos asturianos somos muy fans del queso, en Asturias hay decenas de tipos de queso y siempre que visitamos nuestra tierra nos llevamos alguno para Madrid, no hay nada como una tabla de quesos asturianos. Así que al ver todos esos quesos se nos pusieron los ojos como platos. Y para rematar había mesas y mesas con distintos tipos de chocolates de todas las formas y colores, tartas, bombones, cremas, macarons... todo lo que os podáis imaginar.


También vimos que había una oferta de tres copas de vino para maridar con los quesos, no recuerdo muy bien el precio, pero creo que eran sobre unos 10 euros las 3 copas, y me lo pedí, había un tinto, un blanco y otro vino dulce.

La verdad es que estuvo genial, me vuelvo loco por los quesos, son mi comida favorita y me puse las botas, había conocidos quesos franceses, italianos, suizos... la pena es que no hubiese ningún español, últimamente nuestros quesos están triunfando en con múltiples premios al mejor queso de manchegos, cabrales, etc.

Y mezclado con un buen vino y unas buenas vistas es la combinación perfecta.

Nos comimos al menos un par de platos de queso, que se podían acompañar también de una amplia vairedad de panes de todos los tipos. Y luego para finalizar ese gran abanico de chocolates ¿a quien lo le vuelve loco el chocolate? buahh me parece una idea estupenda un buffet de queso y chocolate. Además el buffet también incluye todos los cafés y tés que quieras, por lo que nos pedimos unos capuchinos que estaban muy buenos y que venían muy bien para tomar con los chocolates. Que rico el chocolate también, al final nos excedimos un poco más de la cuenta, pero es que empiezas a probar chocolates y a repetir y es difícil parar.


Vistas desde el Cheese & Chocolate Bar
Durante la cena empezamos a darle vueltas a la idea de intentar colarnos en la piscina, por lo que habíamos leído en foros solo se permite el baño a clientes que durmiesen en el hotel. Habíamos mirado la posibilidad de dormir una noche pero aparte de que los precios son desorbitados a partir de 350 euros, justo las dos noches que dormimos en Singapur estaba completo, solo esas dos noches en todo el mes, cosas de las leyes de Murphy. Aunque una forera nos recomendó este buffet nos dijo que veía muy factible bañarse después de la cena.

La verdad es que habíamos visto la piscina tan cerca y tan fácil que empezamos a animarnos, yo la verdad que estaba un poco acojonado, pero Inés estaba súper animada y poco a poco me fue convenciendo, así que cuando estábamos acabando la cena se fue al baño y se puso por debajo de la ropa el bañador que llevábamos en la mochila, y de la que nos íbamos para fuera yo hice lo mismo, mientras que Inés sacaba unas fotos y analizaba la situación.

Jajajaja, yo en ese momento estaba un poco nervioso, pero Inés lo tenia todo controlado, dijo que solo necesitábamos tomar prestada una toalla de un montón que había allí y con la toalla en una hamaca ya estaba todo solucionado. Dicho y hecho, mientras yo sacaba una foto, Inés coge una toalla y nos fuimos a una zona un poco más apartada donde había un jacuzzi, cogimos un par de hamacas, pusimos la toalla... y rápidamente nos quedamos en bañador y nos zambullimos en el jacuzzi, jajaja, ya estábamos cerca.


Después de un par de minutos en el jacuzzi Inés se levantó y cruzo para la piscina, buahhh ya estaba hecho, Inés bañándose en la infinity pool, yo cogí e hice lo mismo, jajaja LO HABIAMOS CONSEGUIDO. No podíamos parar de reírnos, la felicidad era absoluta, estuvimos nadando un rato y viendo las increíbles vistas desde el borde de la piscina, maravilloso, es que además con es clima privilegiado que tienen es mejor aún si cabe. Una experiencia única. La piscina cerraba a las 11, así que teníamos unos 40 minutos para disfrutar. Inés se fue a por la cámara para retratar el momento, había que dejar constancia, jeje.







Aprovechamos cada segundo, nadando y disfrutando de las vistas hasta que a las 11 nos dijeron que cerraba la piscina, así que nos vestimos y bajamos para abajo con una cara de felicidad, jaja que bien nos lo habíamos pasado.

Cuando contamos la historia, algunas personas nos trataron casi de delincuentes, creo que no hemos hecho mal a nadie, nos pasamos todo el año trabajando duro y honradamente, madrugando mucho y pagando nuestros impuestos y en nuestro tiempo libre o nuestra semana de vacaciones intentamos pasarlo lo mejor posible, y por hacer una pequeña travesura para reírnos un poco, no matamos a nadie. A algunas personas les gusta mucho que les rías sus gracias, su bromas y sus "travesuras", pero las de los demás son de cárcel... bueno, corramos un tupido velo...

Adiossss infinity pool

Tomamos el metro nuevamente con dirección chinatown, durante el trayecto mirábamos uno para el otro y no parábamos de reírnos, la verdad es que cuando pensábamos en Singapur lo que más ilusión nos hacia era la piscina de marina bay sands, pero haberlo conseguido así, sin pagar los 350 euros por la habitación, y con la emoción que tuvo, nos hizo mas ilusión si cabe ;)

Llegamos a Chinatown, y dimos otro paseo por allí viendo el ambiente antes de regresar al hotel para acostarnos, al día siguiente a las 10:30 teníamos un avión para Phuket

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