jueves, 25 de abril de 2013

Día 6: San Francisco, Sausalito y noche a las puertas de Yosemite

Este día lo teníamos pensado para visitar ya en coche las zonas más alejadas del centro. Así pues tras el desayuno ya metimos el equipaje en el coche y abandonamos el hotel rumbo a Alamo Square para ver las famosas casas conocidas como las “painted laidies” o “Damas pintadas”.

Lo bueno de San francisco es que con sus calles cuadriculadas es muy fácil llegar a los sitios, así que en escasos 10 minutos casi en línea recta, bajando y más bien subiendo empinadas calles llegamos a Alamo Square, que es un parque que da nombre a un conocido barrio residencial de San francisco situado en lo alto de una colina, famoso por sus casas de estilo victoriano especialmente por un grupo de ellas conocidas como las “painted ladies” que han salido en multitud de películas, anuncios, programas de televisión y series. Estas casas son especialmente conocidas porque aparecían en la en la cabecera de la serie Full house, Padres Forzosos en España (curiosa traducción).


Conseguimos aparcar nuestro coche a la puerta de una de estas casas y subimos al parque para tener una vista de todas ellas en conjunto. La verdad es que de haberlas visto tantas veces en la tele parece que ya has estado allí cientos de veces.


Tras sacar algunas fotos dimos un pequeño paseo por el barrio para observar alguna otra casa muy bonita también.


Volvimos tranquilamente a por el coche y continuamos hasta nuestro siguiente destino, Twin Peaks. Dos colinas casi idénticas (aunque nosotros solo recordamos una) desde donde sin duda se obtienen las mejores vistas de San Francisco.

Llegar en trasporte publico es bastante complicado, por lo que fue una suerte tener el coche, llegamos en apenas 10 minutos desde las Painted Ladies. El trayecto final tiene muchas curvas, pero se llega facil y bien.

Era pronto y el día aún estaba bastante nublado, la ciudad se veía bien, pero el Golden Gate estaba un poco cubierto por la niebla. De todos modos las vistas son muy bonitas.





Como nos vieron hablar español, estuvimos entablamos conversación con una pareja que venia de Chile y nos sacamos unas fotos unos a los otros.

Íbamos muy bien de tiempo así que decidimos incluir una visita que no teníamos prevista. Como en los Ángeles no habíamos podido visitar el campo de Baseball fuimos a tratar de visitar el de San Francisco (AT&T Park). Estaba un poco alejado, pero en unos 20 o 25 minutos cruzamos la ciudad y llegamos. El campo esta pegado al mar y justo al lado desemboca un rio o un canal... que cruzamos con el coche sobre un puente levadizo para buscar aparcamiento, por suerte había unos inmensos aparcamientos en los que aparcar, aunque su funcionamiento era similar al de la zona azul en España, y estaban limitados a un máximo de dos horas.

Tras aparcar nos acercamos al estadio, pero ese día no se podía visitar salvo haciendo una visita guiada, pero aún quedaba una hora, y la visita guiada era muy larga, unas 2 horas, por tanto decidimos no hacerla aunque estuvimos un buen rato por la zona, visitamos la tienda del club y dimos la vuelta alrededor del estadio.



Cuando volvimos hacia el coche, desde el otro lado del río, se veía prácticamente todo el interior del estadio.


Volvimos al coche y antes de continuar con nuestras visitas teníamos que solucionar un problema, y es que cuando alquilamos el coche, nos entregaron el GPS solamente con los mapas de California, y lo necesitábamos de 3 estados más. Habíamos buscado la dirección de una oficina de Dollar, la compañía con la que habíamos alquilado el coche, no estaba demasiado lejos y nos dirigimos a ella.

Tuvimos que esperar un poco mientras les alquilaba un coche a otros turistas, y cuando llego nuestro turno le explique nuestro problema al encargado. Yo creo que fue la vez que más tiempo seguido y mejor me exprese en ingles en mi vida, hasta yo mismo me sorprendí, sin mayor problema y tras rellenar unos impresos me sustituyo el GPS por otro con los mapas de todo Estados Unidos y pudimos continuar con nuestro recorrido.

Aunque ya lo habíamos visitado el día anterior, nos hacia ilusión bajar con el coche por Lombard Street, así que dicho y hecho, pusimos en el nuevo GPS la dirección y desde lo alto bajamos zigzagueando esta curiosa calle. Fue muy divertido



Ahora ya pretendíamos poco a poco ir abandonando San Francisco parando en diversos miradores desde los que se divisa el famoso puente “Golden Gate”. Primero fuimos hacia St. Francis Yacht Club que es un puerto deportivo con muchos yates y una buena zona de aparcamiento. Desde el aparcamiento puedes bajar a una pequeña playa de arena desde donde se tienen unas bonitas vistas del Golden Gate.




Después de estas bonita panorámica continuamos durante unos 10 minutos en coche hacia el Golden Gate, justo antes a mano derecha hay otro mirador desde aquí ya se ve el puente casi al lado.





La verdad es que mola mucho ver un puente tan conocido así de cerca ya estábamos impacientes por cruzarlo, pero llegando a este punto nos habíamos dado cuenta que el cargador del GPS no funcionaba. Así que no nos quedó mas remedio que regresar a la oficina de Dollar a pedir un cargador nuevo. Fue un fastidio pero no quedaba otra. Además se nos agotó del todo la batería, pero ya nos sabíamos el recorrido de memoria. En la oficina de Dollar nos cambiaron rápidamente el cargador y al final perderíamos entre ir y volver unos 45 minutos, pero bueno que no haya percances mayores.

Ahora tocaba cruzar el Golden Gate camino de Sausalito. Este puente fue terminado en el año 1937, tiene 2,7 kilómetros de largo y 227 metros de alto, por lo que es uno de los puentes colgantes más largos y altos del mundo, y seguramente el más conocido. Seguramente sea la imagen mas famosa y querida de San Francisco.

Hay un peaje pero solo para entrar en San Francisco, y no para salir.

Nos gusto muchísimo cruzarlo, sentíamos como si estuviésemos dentro de alguna de las muchas películas en las que aparece.




Fuimos despacito para saborear cada instante y pronto llegamos a la otra orilla donde a mano derecha hay otro bonito mirador desde el que se ven unas preciosas vistas tanto del puente como de toda la ciudad de San Francisco.

Además el día se había quedado radiante, las nubes y la niebla se había retirado y había dejado paso a un día soleado precioso. Al final el tiempo que perdimos para volver a por el cargador del GPS nos había venido bien para darle tiempo a las nubes a retirarse y verlo todo soleado.

Las vistas tanto del Golden Gate como de la ciudad eran preciosas.







Estuvimos un buen rato, pues las vistas nos encantaban. Pero no podíamos estar allí el resto de nuestra vida así que continuamos hacia Sausalito a escasos minutos.

Sausalito es una pequeña población de unos 7000 habitantes que se encuentra enfrente de la península de San Francisco, al otro lado de la bahía.

Es famosa por las casas flotantes de madera sobre la bahía en las que viven artistas y bohemios. También tiene un puerto pesquero y desde esta población se tienen unas magnificas vistas de San Francisco.

En Sausalito hay bastantes parkings situados muy cerca del mar, para pagar tienen unos parámetros como los de la zona azul de España, pero no conseguíamos poder pagar con la tarjeta de crédito y no teníamos suficientes monedas. Fui a cambiar a un local donde íbamos a comer mientras Inés me esperaba en el coche.

El sitio que teníamos apuntado para comer tiene un nombre un tanto genérico “Hamburguers”. Es un pequeño local en la avenida principal de Sausalito (737 Bridgeway, Sausalito ) que como su nombre indica tiene su especialidad en las hamburguesas, dicen que las mejores de Sausalito. Las hamburguesas las hacen sobre una parrilla redonda que esta girando permanentemente. Nos pedimos una hamburguesa y patatas para cada uno. Cuando la hamburguesa estaba llegando a su punto, el cocinero colocaba un trozo gordo de queso que se fundía sobre la carne.


Como el local era pequeño, apenas había 3 o 4 mesas decidimos ir a comerla en el césped de un parque que había pegado al mar.

La verdad es que no se si es porque teníamos mucha hambre, pues ya era tarde para comer, por el impresionante entorno en el que estábamos, por el buen día que había, o porque la hamburguesa estaba realmente buena, pero nos supo a gloria, yo suelo recordar esa hamburguesa como una de las mejores, sino la mejor que comí en mi vida. Nos gustó muchísimo y pasamos un rato muy agradable en ese parque.


Tras la comida dimos un paseo al lado de la bahía, con unas bonitas vistas de San Francisco, viendo el puerto y unos restaurantes con muy buena pinta situados en unas pilastras de madera sobre el mar.



Luego cogimos el coche de nuevo para visitar las casas flotantes sobre el mar. Están como a 5 o 6 minutos en coche una vez se acaba el puerto deportivo.

Allí aparcamos fácilmente (waldo point harbour). Las casas flotantes están dispuestas en varios pantalanes que disponen de un pasillo interior y a ambos lados del pasillo se disponen las casas.






Habíamos leído que a los vecinos les molestaban los turistas, nada mas lejos de la realidad. Existen unas verjas en el acceso a los pasillos que hay entre las casas, miramos dubitativamente si entrar o no y una vecina que salía a pasear, nos invitó amablemente a entrar.

Que sitio tan original y tan encantador, un pasillo de madera, lleno de macetas con plantas y coloridas casas de madera a ambos lados. Cada casa es distinta, pero todas ellas muy bonitas. Parece un lugar muy acogedor para vivir.

Las casas por la parte de atrás tienen una bonitas terrazas y la mayoría de ellas alguna embarcación con la que salir a navegar. Definitivamente, es un lugar maravilloso para vivir.

Eran más o menos las 6 de la tarde, y esta noche dormíamos en Oakhurst (A unas 3 horas y media de distancia), una población que hay justo antes del Parque Nacional de Yosemite. Así que ya era hora de salir tranquilamente hacia allí.

Pusimos la ruta en el GPS, no teníamos muy preparado la ruta hacia Yosemite así que nos fiamos de él. Al poco de salir entramos en un puente espectacular “Richmond san Rafael bridge” de 8,9 kilómetros es algo alucinante, no teníamos ni idea que íbamos a pasar por allí, pero aquello parecía una montaña rusa. De repente la autopista se dividió en dos niveles, los que circulábamos en una dirección hacia abajo y los que venían de frente de arriba. El puente iba en 2 niveles, nosotros íbamos por abajo. Aquello era inmenso. El puente no era llano sino que iba subiendo y bajando. Nos gustó mucho encontrarnos con ese puente y disfrutamos de su transito durante los 9 kilómetros.





Luego empezamos a pasar por grandes poblaciones: Richmond, Berkeley, Oakland... había mucho tráfico y creemos el GPS nos dirigió por una ruta alternativa por el medio de las ciudades y entre semáforos perdimos mucho tiempo.

Por fin habíamos conseguido salir de esa masificación pero con bastante retraso. A mitad de camino paramos en los típicas zonas con gasolineras y restaurantes de comida rápida. Repostamos y paramos en el McDonald`s a comer algo y llevarnos nuestros enormes refrescos a 1$ para el camino.

Comenzaba a anochecer, y al final el trayecto de 3 horas y media se alargó a casi 5 horas y se nos hizo un poco pesado. Llegamos cerca de las 11 a Oakhurst. En esta población había de todo, tiendas, gasolineras, restaurantes. Pero ya era muy tarde para cenar y más en Estados unidos que se recogen muy pronto. Como ya habíamos comido algo en el McDonald`s continuamos hasta nuestro hotel que estaba en la carretera hacia Yosemite.

El hotel era el Mountain Oakhurst. Había una señora en recepción extraordinariamente amable. Nos entregó las llaves, y nos entregó folletos e información sobre Yosemite.

Las habitaciones eran cabañas de madera. Muy amplias, estaban muy bien, con baño en la habitación, una cama amplia, televisión, wifi incluso tenían una pequeña cocina con un fregadero, un microondas, una nevera, cafetera... y también los ingredientes para prepararse un café.



Estábamos muy cómodos allí y por menos de 50 €, es un hotel muy recomendable, aunque este un poco alejado de Oakhurst teniendo coche, estás a dos minutos.

Las fotos de la cabaña por fuera en la próxima entrada.


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